Nos preparamos para el Jubileo del año 2025
Peregrinos hacia Cristo, única esperanza
1er. Subsidio
Los Jubileos en la historia
Con la Bula «Spes non confundit» («La esperanza no defrauda»: Rm 5,5), el Papa Francisco ha convocado la Iglesia para vivir un nuevo Jubileo durante el año 2025.
En efecto, el Papa dice en la Bula de convocatoria:
“Bajo el signo de la esperanza el apóstol Pablo infundía aliento a la comunidad cristiana de Roma. La esperanza también constituye el mensaje central del próximo Jubileo, que según una antigua tradición el Papa convoca cada veinticinco años. Pienso en todos los peregrinos de esperanza que llegarán a Roma para vivir el Año Santo y en cuantos, no pudiendo venir a la ciudad de los apóstoles Pedro y Pablo, lo celebrarán en las Iglesias particulares. Que pueda ser para todos un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, «puerta» de salvación (cf. Jn 10,7.9); con Él, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre, en todas partes y a todos como «nuestra esperanza» (1 Tm 1,1).
1er. Subsidio
A continuación, se ofrece un primer subsidio con los primeros jubileos de la historia de la Iglesia, desde Bonifacio VIII (1300) hasta la época de Trento (1575).
En sucesivos momentos, se ofrecerán nuevos subsidios sea desde el punto de vista histórico sea desde la perspectiva teológica.
Antes de hablar del primer Jubileo, es necesario presentar someramente algunos antecedentes del mismo, ya “no podemos olvidar las distintas formas por medio de las cuales la gracia del perdón ha sido derramada con abundancia sobre el santo Pueblo fiel de Dios” (Papa Francisco: Bula de convocatoria).
- Un antecedente es el pedido hecho por San Francisco de Asís al Papa pidiendo la indulgencia para cuantos fuesen a visitar la Porciúncula durante los dos primeros días de agosto, súplica acogida por el Papa Honorio III en 1216. Es el origen de la indulgencia de la Porciúncula, aún vigente.
- Otro antecedente (cercano al primer jubileo de la historia) es el “gran perdón” concedido por el Papa San Celestino V a cuantos se dirigían a la Basílica Santa María de Collemaggio, en L’Aquila, durante los días 28 y 29 de agosto de 1294 (es decir seis años antes de que el Papa Bonifacio VIII instituyese el Año Santo).
- 1300: Bonifacio VIII
Con la bula Antiquorum habet, Bonifacio VIII proclamó el 1300 como año jubilar, promoviendo la visita a las basílicas de San Pedro y San Pablo. La continua afluencia de peregrinos incentivó a Bonifacio VIII a convocar el Jubileo cada cien años y a promulgar la indulgencia plenaria. Entre los peregrinos se contó Giotto y probablemente el famoso poeta Dante Alighieri, que hace referencia al Jubileo en La Divina Comedia.
- 1350: Clemente VI
Con la bula Unigenitus Dei Filius, en 1343, Clemente VI proclamó el Año Santo para 1350. En efecto, una delegación de romanos fue a visitarlo a Aviñón (Francia) donde estaba en exilio, para pedirle un Jubileo extraordinario en el año 1350, reduciendo así la periodicidad de los Jubileos, a sólo cincuenta años. Clemente VI lo convocó anticipadamente y concedió la indulgencia plenaria a cuantos fueran en peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo y, la novedad con relación al año 1300, es que se añadió la peregrinación a la Basílica de San Juan de Letrán. No obstante, por motivos políticos, el Papa no pudo ir a Roma. Entre los peregrinos, se encuentra Santa Brígida de Suecia.
- 1390: abierto por Urbano VI y clausurado por Bonifacio IX
Con este Jubileo, cambió la frecuencia establecida para celebrarlo. De hecho, Urbano VI lo convocó para el año 1390, a pesar de que su intención era introducir un nuevo período entre un Jubileo y otro: cada treintaitrés años, en recuerdo de la vida de Jesús. Diversos fueron los motivos que llevaron a postergar este plazo. El Jubileo tuvo lugar en 1390 y fue celebrado por Bonifacio IX, sucesor del desaparecido Urbano VI. En este Jubileo se agrega Santa María, la Mayor a las basílicas que los peregrinos deben visitar.
- 1400: Bonifacio IX
Bonifacio IX quiso que se celebrara también el Jubileo del año 1400 para respetar la periodicidad de cincuenta años establecida en el año 1350. Bonifacio IX extendió la visita para obtener las indulgencias, a otras basílicas.
- 1423: Martín V.
Se abre por primera vez una Puerta Santa en San Juan de Letrán. Con pocos peregrinos como consecuencia de las guerras y de la peste negra en Europa. Entre los peregrinos: San Bernardino de Siena.
- 1450: Nicolás V
Nicolás V proclamó el siguiente Año Santo en 1450 con la bula Immensa et innumerabilia, fechada en enero de 1449, con lo que el plazo del jubileo volvió a ser de 50 años. También gracias a la canonización del gran predicador franciscano Bernardino de Siena por parte del Papa, el número de peregrinos a Roma fue muy elevado.
La respuesta de los fieles a su convocatoria fue excepcional, tanto que este Jubileo se recuerda entre los que tuvieron mayor participación en la historia y como la última gran manifestación colectiva de la edad media. Entre los peregrinos se encuentran Santa Rita de Casia.
En 1470, con la bula Ineffabilis Providentia, el Papa Pablo II establece que los jubileos fueran celebrados cada 25 años, a partir del 1475. Asimismo, se menciona expresamente la visita a las basílicas de San Pedro, San Pablo, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. En 1473, con la bula Quemadmodum operosi Sixto IV confirmó el Jubileo proclamado anteriormente por Pablo II, fallecido entretanto. Para promover el Jubielo fue utilizada la imprenta, descubierta en el año 1444 por Gutemberg. Asimismo, a partir de este Jubileo, entró en uso la sencilla y significativa denominación de «Año Santo» que ha llegado hasta nuestros días.
- 1500: Alejandro VI
El Año Santo del 1500 representa un momento de paso no solamente hacia un nuevo siglo, sino también hacia un mundo más vasto (descubrimiento de América). Alejandro VI, el 24 de diciembre de 1499, inauguró solemnemente el Jubileo y añadió un nuevo rito: la apertura de una Puerta Santa en la Basílica de San Pedro. El Papa quiso, además, que la apertura de las Puertas Santas se realizara en cada una de las cuatro basílicas mayores establecidas para la visita jubilar. Desde aquel momento la apertura de la Puerta Santa y el paso a través de ella, se convirtió en uno de los actos más importantes del Año Santo.
- 1525: Clemente VII
Clemente VII abrió la Puerta Santa de este Jubileo en un tiempo de conflictos religiosos y políticos. En efecto, estaba en pleno apogeo la crisis religiosa, iniciada con Martín Lutero en Alemania el año 1517. El monje agustino había puesto en discusión entre otras cosas el mismo principio de las indulgencias. Se ponía así en tela de juicio una de las características del Año Santo. Por otra parte, desde muchas partes se solicitaba una reforma de la Iglesia. El Jubileo fue, sin embargo, convocado regularmente, y la Puerta Santa abierta en un clima de agitación.
Los Papas de este Jubileo son dos: Pablo III y Julio III. El primero de ellos trabajó en la preparación hasta su muerte en el año 1549, después de haber encontrado la ciudad de Roma, todavía desgarrada a causa del saqueo de 1527 y luego de haberse iniciado la reforma de la Iglesia católica con el Concilio de Trento. Julio III lo celebró a partir de febrero del año 1550, fecha de su elección. Por este retraso inicial, el Año Santo fue prolongado hasta la Epifanía sucesiva.
- 1575: Gregorio XIII
El Jubileo de 1575 -convocado en 1574 con la bula Dominus ac Redemptor, celebrado tras la crisis protestante, fue una excelente oportunidad para que Gregorio XIII renovara el catolicismo de acuerdo con las decisiones del Concilio de Trento. En efecto, es el primer Jubileo después de dicho concilio. Entre los cardenales presentes en Roma estuvo el gran arzobispo de Milán, San Carlos Borromeo.
Nota: En un próximo subsidio, completaremos la información acerca de la historia de los jubileos. Luego, haremos una aproximación teológica y, concretamente, algunas consideraciones acerca de la Bula de convocatoria del Papa Francisco.